Es un lujo que no todos se puedan dar, dado el precio de la carne, pero…
A quién no le gusta, luego de toda una jornada de arduo trabajo, darse el gusto y prender el fuego el fin de semana, a la luz de la luna y disfrutar de un lindo momento con familia y/o amigos.
No parece nada de otro mundo, pero para los vecinos de la Rufinita, se vuelve algo casi imposible, y no precisamente por los precios en las góndolas, sino por el mal olor que tienen que soportar.
Es que muy cerquita de sus casas, y a una cuadra del Jardín de Infantes, existe un Stud de Caballos.
Inspección general ya está al tanto. Esperemos que se sienten en una misma mesa: vecinos, dueños del stud, municipio y luego de prender el fuego, se encuentre una adecuada solución.